Origen
Surgida tras la Segunda Guerra Mundial, la arquitectura brutalista se popularizó debido a la necesidad de estructuras funcionales y baratas que propiciaran la uniformidad y la reconstrucción de los contendientes. Europa, Asia Central pero, sobre todo, los regímenes soviéticos se sumaron a esta corriente.
Sin embargo, los orígenes de la corriente están inspirados en todo icono de la arquitectura, el arquitecto suizo Le Corbusier y su afamado Unité d’Habitation. El béton brut –como se conoce en francés al hormigón bruto– se convertía en un material sorprendente en manos de este artista de la construcción. Más tarde, el británico Reyner Banham adaptaría el término como brutalism (en inglés) y fue, precisamente en Reino Unido donde el brutalismo tomaría impulso.
Es un estilo arquitectónico cuyas construcciones hacen gala de un aspecto inconfundible. Masa y materialidad son dos de las señas de identidad de este tipo de edificaciones que, en muchos casos, también dejan a la vista los medios de construcción empleados.
En Torremolinos
El brutalismo en Andalucía lo encontramos en Torremolinos, donde no pasa inadvertido el complejo de estructuras del residencial diseñado por el arquitecto Luis Alfonso Pagán, Los Manantiales (1969).
Conformado por tres edificios circulares de 18 plantas, se convirtió en un icono del brutalismo en un momento en el que Torremolinos era foco de modernidad, un turismo en un país entre el siglo XX y mirando al futuro. Pero con el tiempo cayó en degradación.
Para conocer un poco más sobre este estilo y el residencial Los Manantiales, descarga aquí «LOS MANATIALES», 50 años de un icono del brutalismo», por Antonio Castillo.
Fuentes: César López, MVC y Andalucía Experiencias